Alas filosas, sentimientos perdidos y experiencias dolorosas. Solo el filo de una espada puede cortar mis preocupaciones.

enero 05, 2010

El Jardín

Entonces seguí a mi mamá sin hacerle ninguna pregunta, nos dirigiamos hacia un lugar desolado, inhabitado, y muy lejano del pueblo era como un gran bosque abandonado, y luego llegamos a unas puertas con enredaderas atadas a ellas como si no quisieran que entrara nadie.

"Hija" -me dijo mi mamá- "Te voy a enseñar un lugar muy especial para mí, pero te pido de favor que este sitio lo guardes como un secreto, a nadie le vayas a decir hija, absolutamente a nadie, podrás hablar conmigo de este lugar pero no en público. ¿Me entendiste, Moley?"

"Si mamá, tu secreto esta a salvo conmigo, no te preocupes, jamás le diré a nadie, te lo juro, ni aunque pierda la vida por guardar el secreto" -le dije sonriendo.
Ella confió en mi y entonces abrió las puertas.


Me llevó hacia un lugar que no conocía, era como un enorme jardín que tenía todo su suelo tapizado de pasto con un verde hermoso, con un pequeño estanque a la orilla, ese estanque tenía su agua muy cristalina se podía ver como nadaban los peces que vivían dentro de él, las rocas que formaban su fondo y las plantas que eran el alimento de los peces, era un jardín muy poco común, era como u sueño que se hospedaba en la fantasía, sería absolutamente imposible que se encontrara otro lugar parecido a éste.

Me quedé sorprendida, en mis ocho años de vida, nunca había visto algo parecido, es más, que ni siquiera, que se le acercara a tan maravillosa belleza de el lugar.

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